Quiénes somos
Cada embarcación tiene capacidad para 15 personas y, al disponer de dos embarcaciones, pueden acoger a un buen número de visitantes sin perder el toque personal. Las excursiones, que suelen durar entre 1,75 y 2 horas, permiten a los visitantes sumergirse en la rica flora y fauna de esta reserva natural. La empresa familiar, que lleva muchos años en funcionamiento, ofrece una perspectiva especial de este tesoro natural. El río Espíritu Santo nace en El Yunque y desemboca en el océano Atlántico, y la reserva protege una parte vital de su recorrido. Esta es una excelente opción para grupos, familias o parejas que busquen una experiencia tranquila y de inmersión en la naturaleza.Los recorridos se ofrecen en cuatro horarios diferentes a lo largo del día: 9 h, 11 h, 13 h y 15 h.
Visión
- Compromiso con el cliente – Cada visitante forma parte de nuestra familia.
- Respeto por la naturaleza – Amamos y cuidamos nuestro medio ambiente.
- Trabajo en equipo: juntos conseguimos más.
- Flexibilidad y adaptabilidad al cambio – Siempre dispuestos a servir mejor.
- Responsabilidad medioambiental – Protegemos lo que nos rodea.
- Profesionalidad – Servicio con excelencia y pasión.
- Puntualidad – Valoramos el tiempo de nuestros clientes.
- Calidad en busca de la excelencia – Nos esforzamos en cada detalle.
Historia
La historia de “La Paseadora del Río Espíritu Santo” es un testimonio conmovedor de la profunda pasión de una familia por la naturaleza y de un legado que abarca generaciones. Esta empresa no nació de un plan de negocio convencional, sino del amor incondicional por el río de su fundador, Juan García. Fue entre 1970 y 1980 cuando Juan, mientras disfrutaba de una excursión de pesca con un amigo, recorrió por primera vez el río Espíritu Santo. Completamente cautivado por la belleza única del único río navegable de Puerto Rico, se enamoró de él, y allí mismo nació la idea de una excursión fluvial. Pasó incontables horas explorando cada rincón del río Espíritu Santo, aprendiendo sus profundidades y sus secretos. Con su barco pionero, “La Viticuev”, Juan fue el primero en ofrecer paseos, sentando las bases de lo que hoy es “La Paseadora”. El propio nombre de “La Viticuev” es un toque familiar especial, ya que Juan eligió las dos primeras letras de los nombres de sus cuatro queridas hijas: Vicky, Tita, Cuca y Evelyn. Desde el principio, estas cuatro hijas fueron parte activa y crucial de esta aventura familiar.
Aunque el negocio original de Juan tuvo una pausa, la llama de su pasión nunca se apagó. Fue su hija, Evelyn García, quien decidió reavivarla en 2010. Honrando el legado de su padre, Evelyn retomó la operación de «La Paseadora», dedicándose a restaurar la experiencia única que su padre había iniciado. Juan tuvo la inmensa alegría de trabajar junto a Evelyn como capitán durante diez años, viendo florecer su sueño en manos de su hija.
Hoy, la historia de «La Paseadora» sigue evolucionando con la tercera generación. El hijo de Evelyn, Juan Oscar Santana García, se ha unido con orgullo a la operación, aportando nueva energía y asegurando que la tradición familiar se mantenga vibrantemente viva. Junto a su familia (Valerie y Jaziel), Oscar ayuda a garantizar que la belleza y las historias del río Espíritu Santo sigan compartiéndose con los visitantes. Aunque Evelyn dirige la operación diaria, el apoyo de la familia es inquebrantable. Cuca, con sus fabulosas historias y poemas, sigue siendo una parte esencial del equipo, acogiendo a todo el personal con su calidez y su arte. Vicky y Tita también prestan su apoyo incondicional en todo momento, garantizando que perdure el fuerte espíritu familiar. Incluso el capitán Castillo, primo hermano de las hermanas García, se une a la tripulación, convirtiéndolo en un verdadero esfuerzo familiar multigeneracional. «La Paseadora» es más que un paseo en barco; es un legado familiar vivo que celebra una conexión profunda y duradera con la naturaleza, un hermoso testamento a tres generaciones de la familia García que han dedicado sus vidas a compartir este tesoro natural de Puerto Rico.